En una solemne ceremonia realizada el martes 03 de enero, en el Patio de Honor de la Escuela de Investigaciones Policiales “Presidente Arturo Alessandri Palma”, los 260 Detectives recientemente graduados, recibieron de manos de sus Instructores sus respectivas armas de servicio.

La jornada contó con la presencia del Subdirector Administrativo de la PDI, Prefecto General Alfredo Chiang Chau, y del Jefe de Educación Policial y Director de este plantel formador, Prefecto Inspector Christian Lucero Villarreal, además de los Jefes del Área de Educación así como del Cuerpo de Oficiales Instructores.

En la ocasión, el Capellán Institucional Católico, Presbítero Jorge Murillo Hernández, y el Capellán Nacional Evangélico Institucional, Obispo Doctor David Muñoz Condell, bendijeron estos elementos, haciendo hincapié en la importancia de portarlos, pues éstos representan la confianza y responsabilidad que deposita la ciudadanía frente a sus actuaciones.

Por su parte, el Jefe del Departamento de Instrucción, Subcomisario Rodrigo Rivera Franco, enfatizó en el compromiso que deben asumir este grupo de Oficiales, pues cada proyecto que emprendan y decisión que resuelvan “tendrá un fuerte impacto en el destino de la institución, razón por la cual, sólo me queda invitarlos a posicionarse rápidamente en sus nuevos cargos, pero con responsabilidad y cultivando una de las principales cualidades de un buen Oficial Policial, cual es mantener la suficiente altura de miras para que su desempeño siempre sea en pos del progreso de la PDI y de las personas que la integran”.

En ese contexto, la autoridad policial agregó que “este trato los obliga a preservarlas inmaculadas, siempre aferradas a la ética y la doctrina policial. Por lo mismo, no olviden que ella es un testimonio de autoridad y de justicia para quienes los reconocen con esta investidura, la cual durará todo el trayecto de su vida dentro de la institución. De allí que mis palabras valoran y destacan el compromiso que asumen con su arma de servicio, pues habla de conceptos que deben estar grabados a fuego en sus conciencias, como lo es el rigor, la honorabilidad y el profesionalismo, todo ello con el único objetivo de servir al prójimo, al ciudadano y al desvalido, para así construir entre todos una sociedad más justa y equitativa para los chilenos”.